Ya traducido: La cama del constructor de barcos
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Un día de viento... un letrero que sale volando... un golpe terrible. Sophie Calhoun no sabe cómo va a poder pagar los daños causados a un coche tan lujoso. Ya tiene problemas de liquidez y está luchando para lanzar su nuevo estudio de interiorismo y poder traerse a su hija a vivir con ella. Sólo unos pocos días la separan del desastre.
Del elegante Jaguar negro se baja furioso el magnate de los superyates Rafe Severino, echando humo y... guapísimo, buscando desesperadamente un decorador de alto nivel para su espectacular casa nueva junto al puerto.
Sophie teme que el contrato de sus sueños dependa de que ella esté dispuesta a pasar por la cama del constructor de barcos. Por mucho que intente escapar, él siempre está ahí, implacable e irresistible. Sabe que lo que él quiere no es una madre soltera angustiada, pero cada vez resulta más difícil ocultar la existencia de su hija al hombre del que se está enamorando. Si descubre sus mentiras, Sophie lo perderá todo al instante.
ATENCIÓN: Contiene un hombre decidido de piel dorada que sabe mucho de barcos, cuerpos y sábanas.
Angeles en la lectura - cinco angeles
Me ha gustado mucho el avance de Rafe para terminar con las defensas de Sophie y conquistarla. Ha sido todo un caballero: seductor, atento y detallista se preocupa de cuidarla, divertirla y seducirla al mismo tiempo. La autora ha dejado ver algunos rasgos característicos italianos en su personalidad.
En cuanto a Sophie, es una mujer muy valiente y luchadora, aunque le aterra encontrarse atrapada entre el amor que siente por Rafe y el que siente por su pequeña. Sabe que es peligroso contarle a Rafe toda la verdad, y a su vez desea contársela y no tener secretos con el hombre que ama.
Reconozco que me he cabreado cuando la víbora de Faye (sí, me ha parecido una bruja malvada y cruel) descubre a Rafe el secreto que Sophie guarda y Rafe se aleja de ella sin escuchar siquiera su explicación. Si Faye hubiese sido real le habría cantado las cuarenta jajaja.
En cuanto al final… es lo que esperabas, no podía ser de otra manera. Me ha emocionado y hasta he soltado alguna que otra lagrimilla jijiji.
En definitiva, me ha encantado y estoy deseando leer otra de sus maravillosas obras. Ojalá pronto Kris reciba el reconocimiento que se merece, porque a mi parecer es otra de las grandes de la literatura romántico-erótica.
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Puntuación angelical… cinco angeles.
Cinco estrellas en Amazon.com por K.C. Lo leí en un solo día y lo encontré muy interesante
Me encantó la historia. Es una lectura agradable, un complemento maravilloso para mis vacaciones. Fue estupendo sumergirse en la historia de dos personas que tienen tanta química.
El desván de las mil y un
Una historia bonita, de superación y con un toque nostálgico e incluso un poco sentimental que incluso me ha echo saltarme las lagrimas al final del libro.La autora la verdad es que escribe muy bien, convirtiendo la escritura en una historia fluida y rápida que hace que te olvides de todo durante unas cuantas horas.
Espero poder seguir disfrutando de esta autora pronto.
Selin:
La evolución de la historia es atractiva y además de la relación que se establece entre Rafe y Sophie, tratada con abundante humor, lo que contribuye a mantener una buena sensación, nos muestra retazos de un país, Nueva Zelanda, que nos cae bastante apartado, allá por las antípodas. Un interés añadido por la curiosidad hacia sus peculiaridades sociales, que la autora conoce a la perfección.
La excursión en moto al norte, a la playa de Peka Peka
Ésta es la ruta que siguieron Rafe y Sophie. Pararon a tomar café un poco más al norte de aquí. Pueden verse las vías del tren a la derecha, luego la carretera y después el mar. La playa de Peka Peka casi no se ve, porque la calima la esconde.
El puerto de Wellington, donde Sophie tomaba el ferry todos los domingos.
A lo lejos está la ciudad de Wellington, y los ferrys que enlazan con las islas zarpan de aquí varias veces al día y surcan esta hermosa lámina de agua casi circular. El espacio que separa las colinas da acceso al mar abierto y a la ruta que conduce a nuestra Isla del Sur. Hacía un día precioso cuando estábamos trabajando y vimos a una anciana reclinada en un gran madero mientras sus dos perros corrían arriba y abajo por la playa. Demasiado bueno para no fotografiarlo.